Himnos y banderas

Todos los países se muestran orgullosos de su himno y su bandera nacional. Todos los países defienden esa sencilla simbología que los representa con tan sólo unos colores o unas notas musicales. Todos los países prefieren sus emblemas antes que los de los demás. Todos los países menos España, que posee un importante segmento de población que reniega de todos estos elementos. Y también unos cuantos partidos políticos que fomentan este sinsentido.

El himno ha sido motivo de actualidad en los últimos meses. No sé por qué surgió la repentina necesidad de incluirle una letra, cuando el himno español de por sí es precioso sin ella. El caso es que es el COE realizó un laborioso concurso y el texto de un desconocido llamado Paulino Cubero salió vencedor. La letra podrá gustar o no, sobre gustos no hay nada escrito. Pero lo que es increíble es que la acusaran de cursilada o de ser excesivamente literaria. Esa postura es fiel reflejo de un gran desconocimiento sobre la naturaleza de los himnos del resto del mundo.

Hagamos un pequeño recorrido. La famosa marsellesa francesa dice lindezas como esta: "¡A las armas, ciudadanos!¡ Formad vuestros batallones! Marchemos, marchemos, que una sangre impura empape nuestros surcos". El alemán habla de vino, mujeres y canciones. El inglés ensalza a la Reina afirmando que "ella defiende nuestras leyes y nos da motivo para cantar con el corazón y la voz". El cubano, haciendo gala de su reconocido pacifismo, tiene pasajes como este: "no temáis una muerte gloriosa, que morir por la patria ¡es vivir!". Después de leer estas reliquias, ¿seguimos pensando que la letra de nuestro himno era horrorosa? Ojo, a mí la letra me parecía mejorable, pero una cosa es eso y otra muy distinta es boicotear cualquier letra que salga con excusas baratas.

Las banderas también merecen una mención especial. Hay quienes no se enteran de que la dictadura franquista ya acabó y aún siguen portando la bandera con el águila, el yugo y las flechas. Pero también existe la absurda moda de la bandera republicana como símbolo izquierdista. Digo absurda porque muchos desconocen el siguiente dato. Si tomamos como referencia el periodo republicano español y hacemos balance de los mandatos que existieron en esos años, nos topamos con la sorpresa de que hubo más legislaturas de derechas que de izquierdas durante ese periodo. Y para más inri, esa bandera republicana nunca llegó a ser oficial.

Dejando a un lado esas dos banderas arcaicas, ¿por qué no se acepta mayoritariamente la bandera constitucional? ¿Dónde reside el problema? ¿Por qué muchos políticos se avergüenzan de posar con ella? ¿Qué argumento sostiene que amar una bandera sea una actitud fascista? Y lo más incomprensible de todo es que algunos prefieren las banderas de otros países a la nuestra. Al extranjero que se lo contemos no se lo cree.