
Probablemente Expediente X sea la serie de televisión que más me ha marcado. Empecé a verla con ocho o nueve años, atraído por esos paisajes misteriosos y oscuros, hipnotizado por esa música inquietante, sorprendido por esos fenómenos sobrenaturales y fascinado con aquella enrevesada trama. Era una serie atípica, difícil de seguir, con finales abiertos a la interpretación de cada uno. Quizá ahí residiera su originalidad.
Me declaro abiertamente fan de Expediente X. Después de ver centenares de capítulos, la serie me sembró la duda sobre la existencia de extraterrestres, abducciones y un sinfín de misterios más. Y no soy yo precisamente persona de creérselo todo. Pero como diría Mulder, "la verdad está ahí fuera" y a más de un gobierno poderoso no le interesa que lo sepamos todo. Si hay película, allí estaré.
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