
Y lo ficharon. Dieciocho millones de euros por un chico de dieciocho años llamado Cristiano Ronaldo. Una locura en ese momento, pero ahora con perspectiva se ve como un acierto mayúsculo. Porque Cristiano Ronaldo es el mejor futbolista del mundo hoy por hoy. Lo tiene todo: velocidad, regate, disparo con ambas piernas, físico, potencia, remate de cabeza, carácter... Es el jugador que todos los técnicos querrían tener y el jugador que todos queremos manejar cuando jugamos a un videojuego.
Pero no todo el camino fue de color de rosas. Sus comienzos en Old Trafford sufrieron vaivenes con la grada y la prensa británica debido a su juego excesivamente preciosista, al abuso de regates sacados de su imaginación y a su díscolo comportamiento. Pero con el tiempo comprendieron que ese era su juego y él comprendió que si se lo propone, nadie puede hacerle sombra. Hoy es un espectáculo verlo jugar y será el próximo ganador de la Bota de Oro. Bendito amistoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario