¡Andalucistas, levantaos!

Me da pena la situación que atraviesa el Partido Andalucista. Por no tener no tiene ni representación política en su propia Comunidad y eso es un lastre difícil de asumir. Se le achacaba su escasa personalidad política y en el pasado referéndum sobre el Estatuto intentó desmarcarse del resto de formaciones promoviendo el "no". Pero no le sirvió para nada, pues sigue estando en fuera de juego.

Un puñado de motivos han llevado al Partido Andalucista a estar en caída libre y tocando fondo. La primera es que sigue sin tener una ideología definida y sus coqueteos con la izquierda y la derecha lo demuestran. Sus líderes han pasado de ser excesivamente protagonistas (Pacheco, Rojas Marcos) a meros espectadores (Ortega, Álvarez). Por no hablar de la unidad en el seno del partido, que brilla por su ausencia. Hace unos meses me tocó cubrir la teatral reconciliación entre PA y PSA para crear Coalición Andalucista. Hicieron el ridículo, con ruptura de negociaciones cada dos por tres y presentando un programa político desmesuradamente optimista basado en un nacionalismo del que nadie había oído hablar hasta entonces.

No obstante, ellos también son presos de la realidad. El andalucismo no es culpable de la absurda rivalidad que existe entre las grandes capitales de la región, ni de esa especie de balcanización que se está gestando en Cádiz con el resto de su provincia. Tampoco es responsable directo de que un señor lleve gobernando Andalucía más de veinte años sin sacarla de los puestos de descenso. Ni tampoco de que las elecciones autonómicas coincidan sospechosamente con las generales. Por el bien de Andalucía, esto debe cambiar. Es primordial la existencia de un partido fuerte que vele por los intereses de los andaluces aquí y en Madrid, que sea capaz de dar un golpe en la mesa y exigir la deuda histórica de una vez por todas. Andalucía necesita que despierte el andalucismo.