domingo, 31 de agosto de 2008

La ilusión de 50 jóvenes

Había una vez una banda de cornetas y tambores que paseaba con orgullo el nombre de su hermandad y de su pueblo por toda la geografía andaluza. No eran profesionales de la música, pero había empeño, dedicación y también talento. Cuántas horas se dejaron ensayando en esas noches frías y lluviosas de invierno, cuántos kilómetros recorrieron para alzar el banderín y que el viento acariciara la Cruz de Santiago... La gente estaba tan agradecida a su labor, que las puertas de sus casas se abrían de par en par cada vez que alguien con el uniforme de la banda se aproximaba a sus portales. Los niños por su parte, admiraban tanto a los músicos, que los acompañaban siempre intentando imitar su caminar, memorizando los compases de las marchas e imaginando un futuro en el que ellos mismos hicieran sonar esos instrumentos.

Un triste día la banda desapareció y dejó un profundo vacío en el corazón de todos y cada uno de los que la habían escuchado. Durante los largos años de ausencia, era tan fuerte el recuerdo que pervivía... que las cintas y discos que grabaron antaño volvieron a tener una segunda juventud. De la nostalgia se pasó a la melancolía, y de la melancolía a la acción. Y en este apartado es cuando entró en juego la ilusión de cincuenta jóvenes que decidieron tomar el testigo de aquella legendaria formación. Pegaron carteles, utilizaron el boca a boca y los ajustados saldos de sus móviles para que el rumor de la reagrupación corriera como la pólvora.

Son los mismos niños que una década atrás copiaban sus pasos y silbaban sus acordes, los mismos que habían visto con sus propios ojos lo que significaba despertar a la villa entera durante las primeras horas del Viernes Santo. Han buscado a los antiguos músicos para que ellos les guíen el camino y a otros jóvenes de distintos pueblos para añadirle savia nueva. Ahora todos juntos están dispuestos a reventar sus labios y llenar sus manos de callos con el único objetivo de tocar detrás del Cristo de los Remedios. A los ateos que dicen que la Semana Santa sólo es bullicio y esculturas en la calle, yo os pregunto: ¿acaso esto no es fe? Y a los que habéis tenido el valor de reorganizar y unirse a la banda, yo os digo: ¡ole vuestros huevos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He sentido una gran satisfacción recordando con tu escrito,los años que nuestra banda Ntº Padre Jesus de los Remedios nos deleitó.
Chapó por tu escrito

Yimi Zehcnas dijo...

Puede que haya un trasfondo de fe, pero quizás sea más cultura.