Operación fracaso

Con este artículo únicamente pretendo demostrar que Operación Triunfo no es un programa de música. Tengo un ramillete de pruebas para pensar de esta forma. En este espacio televisivo se venden otras cosas: imagen, morbo, publicidad, cotilleo, basura, etc. Pero música desde luego, no. Desde que apareciera en nuestras pantallas en el año 2001, el programa ha ido desvirtuándose progresivamente hasta la bazofia que es en estos momentos.

Lo que han montado es un circo. Si medimos el tiempo que dedican a cada cosa, descubrimos que las discusiones entre los alumnos copan la mayor parte, seguido de la interminable lista de patrocinadores, los recordatorios del timo de las votaciones y en último lugar, las actuaciones. Y tampoco puedo dejarme en el tintero el teatro que existe en el jurado, donde cada uno interpreta un papel perfectamente asignado. El tal Risto, descalifica a todo lo que se sube al escenario, argumentando sus opiniones casi siempre en aspectos personales y no musicales.

Porque tal y como vengo diciendo, Operación Triunfo no es un programa de música. Los participantes se maquillan para ensayar, posan ante las cámaras y usan ropas ajustadas para no desentonar. Luego cuando llega el momento de actuar, un público mercenario los agasaja y les grita "guapos". Pero que yo sepa, la música se escucha, no se ve. Los artistas que triunfan hoy día no basan su éxito en la potencia de su voz ni en su manera de bailar. El éxito se basa en ser distinto, en tener personalidad propia y en escribir buenas canciones. Y eso en OT, no se enseña.